Por: Raúl Grarcía

Porque un descenso no fue suficiente ¡lo repetiremos!, y ahora comenzaremos cerca de una cascada muy famosa de la región, surcaremos más y largos rápidos en e río Filobobos, recorreremos cuevas y nuestra adrenalina subirá al máximo, así que acompáñenme a recorrer Tlapacoyan, Veracruz a través de sus ríos.
 
Nuestra mañana comienza con el sonido de las aves en las copas de los árboles y nos preparamos para lo que será nuestro último descenso en Tlapacoyan.  La distancia que recorremos del campamento al río es relativamente pequeña comparada con nuestro día anterior.  Cruzamos varias plantaciones, así como pequeños ríos los cuales atravesamos en la camioneta; delante de nosotros se revelan paredes de piedra enormes de las cuales nace el río, nos asombramos con la gran altura y lo rebosante de la vida en sus paredes.
 
Comenzamos a navegar y nos encontramos con un risco que sobresale del agua, el cual tenemos que escalar debido a que es temporada baja en lluvias.  Al pasar al otro lado nos encontramos con la cascada “El Encanto”, y debajo de ella una pequeña laguna rodeada de cañones, parece ser sacada de un cuento fantástico.  Al estar nadando en la laguna, un viento fuerte sopla desde el nacimiento de la cascada atravesando hasta el fondo donde nos encontramos, como invitándonos a seguir nuestro recorrido; entonces comprendemos cómo fue que se ganó su nombre con los lugareños.

                                                                                     
                                                                                                                                  Foto por: Raúl García

Continuamos con el recorrido y regresamos a navegar, primero por aguas tranquilas -como la primera vez- pero ahora los rápidos están más cerca y la corriente comienza a ser cada vez más fuerte.  Nos enfrentamos ahí con rocas y más rocas, surcando entre las brechas de agua, cada una más fuerte que la anterior, hasta que llegamos a un rápido con una enorme roca dividiendo el río, y es ahí cuando por primera vez caemos.  Todo pasa tan rápido y a la vez tan lento.  El agua tiene una agradable temperatura; salimos a la superficie rápido gracias a nuestros chalecos y, aunque parezca extraño, esta caída nos da mucha más seguridad en los siguientes tramos del río.  Emocionados, y con la adrenalina al límite, subimos de un salto a la balsa y continuamos con nuestro recorrido.

                                                                                 
                                                                                                                             Foto por: Raúl García

Seguimos navegando, atravesando rápidos, grandes rocas y pequeñas cascadas en nuestros descensos y hasta nos aventuramos tratando de remar contra corriente para subir por las cascadas, lo que provoca que casi caigamos por segunda vez. Continuamos y nos encontramos con otro gran muro de piedra; descubrimos un pequeño pasadizo entre la roca, es túnel construido hace ya mucho  tiempo para llevar agua fresca a una hacienda cercana por orden del hacendado. 
 
Al principio la oscuridad de la caverna nos detiene pero, una vez que se acostumbran nuestros ojos, podemos apreciar mejor los detalles de ésta hasta lograr subir por una escalera de roca que sale al muro de la montaña para realizar otro gran salto, algo así como de 7 u 8 metros de altura; si te atreves ¡no te arrepentirás y será una experiencia inolvidable!

                                                                            
                                                                                                                                  Foto por: Raúl García

Antes de terminar nuestro recorrido, hacemos una pausa para poder almorzar al borde del río; nos relajamos y nos dejamos llevar por los sonidos de las aves y uno que otro tigrillo por ahí.  Una suave brisa llega de pronto, como si fuera la misma brisa que sopló al principio en la Cascada El Encanto.  Cerramos los ojos y cada sonido que no sea el del agua corriendo va desapreciando, hasta que sólo se escucha el suave movimiento de la corriente con el viento soplando entre las rocas.
 
A poca distancia está nuestro destino, donde ya nos esperan.  El río se hace más ancho y hondo, por lo que más adelante ya es muy peligroso navegarlo.
 
Nuestro recorrido termina ya entrada la tarde, así que regresamos al campamento para pasar las últimas horas del día alrededor de una fogata en medio de la selva. Recordamos nuestro paseo que inició por la cascada El Encanto, sentimos nuevamente cómo atravesamos los rápidos, nuestra adrenalina corriendo en nuestro cuerpo al momento de la caída y nuestro recorrido por la caverna; todo con un gran sonrisa en nuestro rostro.
 
Ahora, nos preparamos para nuestro recorrido del día siguiente: cambiaremos las balsas por caballos, con los que atravesaremos ríos y vados para llegar a un grupo de pirámides en medio de la selva.
 
Así que ¡no te puedes perder nuestro siguiente #ViernesDeViajes, sólo aquí: en Inspira!
 
¿Qué llevar?
  • Shorts o pantalones de mezclilla ligeros.
  • Camisas tipo polo o camisetas de manta; lino no porque es muy delicado y puede romperse con las rocas.
  • Calzado cómodo, tipo urbano o huaraches, pero que sean resistentes y con broches para evitar que se los puedan llevar la corriente.
  • Protector y bloqueador solar biodegradable.
  • Cámara contra agua y golpes, pero ¡cuidado!, si se caen es muy probable que no la encuentres debido a la corriente, son antigolpes y agua, pero no flotan.
 
¿Qué no llevar?
  • Ropa delicada
  • Calzado formal
  • Sombreros; en el descenso están de más, con tu casco no puedes usarlo.
  • Chamarras y abrigos, hace mucho calor en esa región y créeme que no las necesitarás.
 
Sigue y escucha con atención las instrucciones de los guías, ellos te dirán a dónde avanzar y cómo hacerlo. No te confíes, si llegas a caer no te pongas nervioso, el mismo chaleco te sacará y los guías te ayudarán a salir.
 
Cuida a nuestro hermoso México y al planeta; evita tirar basura durante el recorrido.
 
Un agradecimiento para Aventurec por sus atenciones prestadas y a sus guías que hicieron de estos paseos algo fantástico.
 

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