Nuestra próxima aventura nos lleva una vez más al mar; ese mar de azul celeste donde el cielo se refleja en el fondo cristalino, pero saldremos de la arena y de los camastros para apreciarlo de otra forma ¡contemplando su inmensidad!, así que levanten anclas y velas arriba porque zarpamos a mar abierto. Estamos ya en el muelle, esperando que den el aviso de abordaje para subir a nuestro catamarán; el sol brilla en el cielo y todo indica que será un buen día para navegar y bucear en el arrecife de coral.

Al iniciar tu recorrido sientes como poco a poco el movimiento del barco va aumentando hasta que comienzas a sentir la brisa del mar en tu rostro, y es ahí cuando por un momento cierras los ojos, eliminas uno por uno los sonidos de tu alrededor,  primero el lejano ruido del puerto, luego el de las personas y ya al final sólo queda el golpeteo de las olas al casco del barco junto con el sonido de las cuerdas sacudiendo el mástil, tal y como se escuchaba en los años de antaño, donde para avisar que una embarcación salía del puerto tocaban las campanas, y el crujir de la madera hacía ver qué tan vieja y fuerte era esa embarcación.  Imaginándote todo esto, llega a tu rostro una pequeña gota de mar, que te hace abrir los ojos y contemplar frente a ti los colores y la inmensidad del océano.

                                                                                

Al seguir con el viaje, cada vez más adentro, sientes que vas volando por encima de las olas, sientes en tus pies el tamaño de cada una de ellas; algunas grandes otras pequeñas, y si vas en un bote rápido será aún más notorio el cambio de tamaño y dirección del mismo; si vas en un paseo tranquilo, puedes sentarte y relajarte bajo el sol en la cubierta con la bebida de tu preferencia.

Algunas veces, en sitios turísticos de en nuestro mar caribe como Cancún, Cozumel, Islas Mujeres, entre otros, los viajes en este tipo de embarcaciones hacen una parada en alguna reserva marina donde podrás apreciar la vida en el coral; si se da la oportunidad no lo dudes ¡salta y diviértete! Si no eres muy buen nadador, puedes hacerlo desde la superficie con un buen chaleco salvavidas, esta es una de las mejores partes del viaje.  Después de saltar del barco y perderte en el mundo de color del arrecife, sus peces multicolores y sus plantas con destellos increíbles que no encontrarás en otra parte salvo en otro arrecife de coral.

Éstos sirven como protectores de las líneas de costa ante los embates de tormentas y huracanes, además de que han abastecido a las comunidades costeras durante largo tiempo de materiales de construcción al secarse la roca y exponerse cerca de la playa. En México se reconocen tres zonas de arrecifes; la primera es la costa del Pacífico, como las Islas Marías y Revillagigedo; las costas de Veracruz y Campeche, en el Golfo de México y por último la costa este de la Península de Yucatán, que va desde Isla Contoy hasta Xcalak, incluyendo al atolón de Banco Chinchorro.  Se estima que el área que ocupan los arrecifes coralinos en el país llega cerca de mil 780 kilómetros cuadrados; es decir, cerca del 0.63% del área total de este tipo de arrecifes en el mundo.

                                                                     

Para que no pierdas el estilo al no saber el lenguaje básico del mundo náutico como el Abatimiento o el Arranchar, aquí te doy los más importantes:

 

Estos son los términos básicos para no ser un turista más en la aventura de navegar, pero si lo que quieres es saberlos todos, aquí te dejo un link: http://www.libreriadenautica.com/diccionario_nautico.html

¿Qué llevar?

 

 

Recomendaciones
Si eres sensible del estómago, evita comer antes del viaje algo muy condimentado o exótico para evitar las náuseas.
Además, te recomiendo si se quieren evitar los mareos estar el mayor tiempo posible en cubierta para que el aire te refresque; trata de evitar los compartimientos cerrados.

Para conservar el equilibrio mantén la mirada en el horizonte o en otra embarcación que esté en un punto lejano. No te excedas con el alcohol, además de causarte más náuseas puedes caer al mar y no podrás nadar adecuadamente. Si no eres un buen nadador, no te confíes en el arrecife.

Respeta al océano y éste te respetará.

¡Buen viaje marinos!