• ¡Continuamos con nuestro mes temático: MÉRIDA Y SUS ALREDEDORES!
 
  • Un vehículo muy original, aguas profundas con leyendas antiguas y la naturaleza rodeándote en cada paso de tu aventura serán el mejor ingrediente para tus próximas vacaciones.

Por: Raúl García
 

Siguiendo con nuestro mes temático de la ciudad de Mérida, Yucatán, nos vamos a un lugar muy adentro en la selva, donde los antiguos mayas creían que eran puertas al inframundo; donde aparecían los espíritus cuidando las entradas de los vivos, creando leyendas fantásticas como la de Nicte-Ha, una mujer muy hermosa que cayó en un cenote y que tiempo después se apareció flotando y de su boca brotaban flores blancas que dos palomas esparcían sobre el agua, y desde entonces cada noche de luna llena se escucha su canto entre las grutas y canales subterráneos.

Estas y muchas historias más las encontraremos en la segunda parte del viaje por tierras del sureste mexicano, y más exactamente los tres cenotes de Cuzama: Chelentún, Chak-Zinik-Che y Bolom-Chojol. ¿Listos? ¡Comencemos la aventura!

Los cenotes se encuentran localizados a 45 minutos de la Capital de Yucatán, Mérida; llegando por la autopista principal a Cuzama.  Desde el momento en que bajas del auto te das cuenta que no será un recorrido común; para poder atravesar la selva tendrás que subir a un transporte muy peculiar, los llamados “trucks” -son carros pequeños de tren que son jalados por caballos sobre pequeñas vías- y recorrerás más de 7 Km. de caminos llenos de maleza, iguanas y plantas de henequén, que hacen de este recorrido algo totalmente diferente; además que sólo existe una vía, así que si te topas con un “truck” en sentido contrario y ya vas de regreso, seguramente tendrás que bajarte y el conductor moverá el carro del tren fuera de la vía para que pase el otro carro. Sí, suena raro pero es verdad, eso le da un toque único e irrepetible.

                                                                                                           

El primer cenote por visitar es Chelentún.  Comienzas a bajar por una escalera hecha de madera y roca, casi como de película. Este cenote tiene una profundidad de 18 metros con una visibilidad de 50 metros de distancia; cuenta con 2 cuevas principales, una de ellas desciende aproximadamente 30 metros y la segunda tiene más de 40.  El agua es cálida y muy tranquila, con alrededor de 26 grados -dependiendo de la hora del día- puedes nadar dentro del cenote sin límite de tiempo, pero recuerda que aún faltan dos cenotes más por recorrer.  Actualmente, Chelentún es muy popular para entrenamiento de buceo en cavernas por su fácil acceso y aguas tranquilas.

El siguiente cenote en el recorrido es Bolom-Chojol, que significa "nueve hoyos de ratón". Llegando a él te darás cuenta que tiene varias entradas ¡y de ahí su nombre! Para llegar al espejo de agua tendrás que bajar por una escalera en vertical en una caverna, lo cual lo hace más difícil de accesar y no apto para niños pequeños y personas adultas.  Al llegar al fondo de la caverna te encontrarás con una vista impresionante, un juego de luces y sombras que parecen bailar por las muchas entradas de luz en el techo, y entenderás el por qué estos lugares eran considerados la entrada al inframundo al ver las raíces de los árboles de selva llegar hasta el fondo buscando el agua dulce.  Existe una plataforma donde puedes saltar para nadar un poco; el ojo de agua tiene unos 35 metros de diámetro con una profundidad de 12 metros.  

En un extremo tiene una cueva con 2 niveles, el primero con una profundidad de 27 metros y el segundo de 40 metros, con corriente aún viva (significa que el agua corre a través de las cavernas)

Por último, pero no menos sorprendente, el cenote Chak-Zinik-Che, que significa "El Hogar de la Hormiga Roja". Su ojo de agua tiene vistas impresionantes de estalactitas en su techo, pero antes de poder apreciar su esplendor debes bajar por una escalera de madera un poco rudimentaria, pero sólida como roca; éste tiene una profundidad mayor de 40 metros, y dentro encontrarás varios circuitos de cuevas con una mayor profundidad en algunas partes -de 76 metros aproximadamente- con corrientes y agua viva.  De igual manera, existe una plataforma desde donde puedes saltar para nadar en sus aguas con una agradable temperatura 27 grados.

                                                                                 

Terminando el recorrido tendrás que volver a subir en los “trucks”, dándole el increíble toque final a esta aventura. Para comer puedes regresar a Mérida a comer una rica cochinita pibil, un queso relleno o si buscas algo más cercano puedes visitar la Hacienda Tepich, donde la especialidad es conejo ¡no te arrepentirás!

Fantástico viaje ¿no creen? Descubrimos la leyenda de Nicte-Ha y sus canciones en el murmullo del agua; nos sumergimos en las puertas del inframundo maya donde se nos reveló el baile de la luz y sombras en las aguas azules, después de bajar diez metros por una cueva vertical; y recorrimos la selva en un transporte como ninguno, apreciando la naturaleza, el oro verde, el henequén y para terminar saboreando un delicioso plato típico de la región.

¿Qué llevar?
  • Repelente de insectos y protector solar insectos biodegradable.
  • Traje de baño.
  • Si llevas niños pequeños, chalecos salvavidas.
  • Agua embotellada (deposita el envase vació en los botes de basura únicamente).
  • Sombrero y lentes para el sol.
  • Puedes llevar sandalias pero mejor lleva algún tipo de zapato tenis cerrado.

¿Qué NO llevar?
  • Chamarras o suéteres.
  • Objetos de valor, ya que si éstos caen al fondo del cenote no podrás recuperarlos.

¿Dónde comer?
  • Hacienda Tepich o Casa Vargas.

¡CUIDADO!
No trates de nadar muy lejos o muy profundo en los cenotes si no cuentas con experiencia adecuada. Algunos de ellos tienen corrientes fuertes que puede que no se noten desde la superficie, pero están ahí ¡no te confíes! Aunque parezca que es fácil nadar y sumergirse, toma las precauciones necesarias; las rocas cercanas al ojo de agua pueden estar resbalosas.
Pero nuestra aventura recorriendo esta hermosa región no ha terminado.  Ya pasamos de visitar la ciudad de Mérida a explorar tres cenotes en Cuzama, y ahora continuaremos al pueblo mágico de Izamal, donde se encuentra una de las mayores pirámides de Mesoamrica ¡un viaje que no te puedes perder! ¡Así que nos vemos el próximo viernes!
 

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