Llegó nuestro #ViernesDeViajes y con él otro viaje espectacular.

Esta vez nos vamos hacia el norte, un lugar como ninguno; aunque es pequeño tiene una de las Peñas más grandes del mundo, palabra usada por los conquistadores para denominar este peculiar peñasco enorme que además se encuentra aislado. Se ubica en el estado de Querétaro. ¿Necesitas saber más?
Así es ¡hoy recorreremos El Pueblo Mágico de Peña de Bernal, en Querétaro! 

Tomamos camino hacia el norte por la autopista México-Querétaro y llegamos al Municipio de Ezequiel Montes, a  unos minutos del Municipio de Colón y de Cadereyta. La historia de este Pueblo Mágico comienza antes de su fundación con la gente nativa, los chichimecas, pero no es si no hasta en 1642 cuando familias españolas construyeron un fuerte o un Cuartel, el cual aún existe en la actualidad.  

Dicha construcción fue para protección de ataques y para dominar la zona. Tiempo después, un presidio fue construido en ese lugar, y ya en el año de 1725 los españoles le dieron el rango de “congregación”  y se le otorgo el nombre de San Sebastián Bernal. Esto llevó a la construcción de la iglesia con el mismo nombre, debido a que ese santo fue desde un inicio el santo patrono de la localidad.

En su historia en los siguientes años pasó de ser de un municipio a otro; como en el año de 1921 quedó incorporado a Cadereyta, mientras que años después -en 1941- quedó agregado al municipio de Ezequiel Montes. Con tantos cambios uno pensaría que el pueblo perdería su espíritu, pero no es así, lo que hizo fue levantarse para ser hoy uno de los puntos turísticos más importantes al norte del Estado de México.

Lo más representativo de este Pueblo Mágico es su Peña con su enorme atura de 288 metros sobre el nivel del mar,  la cual procede de una formación rocosa de más de 10 millones de años.

SABÍAS QUE.....
Su forma tan peculiar  es por un volcán que se volvió inactivo, por ello el magma interior se solidificó y el exterior se fue perdiendo por causa de la erosión, dando como resultado la Peña de Roca que tenemos hoy en día.

                                                                                  

                                                                                              

Comenzamos en el recorrido como muchos otros, muy temprano. Tomamos camino y la neblina nos va acompañando en la autopista, en ese trayecto nos detenemos en unos de los tantos puestos que existen de comida, desde la barbacoa y quesadillas, ningún viaje está completo sin estos platillos ¿cierto?

Más adelante en el carretera poco a poco se empieza a descubrir a lo lejos la Peña, poco tiempo después entramos a este maravilloso Pueblo Mágico. Sus calles pequeñas y empedradas nos hacen recordar las carretas y los caballos que las cruzaban, así como sus sonidos en las mañanas tranquilas, como muchos otros pueblos coloniales.

Caminamos por su calle principal, pintoresca y llena de tiendas de artesanías típicas de la región, de materiales como cerámica, madera e inclusive hierro. Nos internamos entre sus callejones y en esas tiendas con sus arcos antiguos y techos de madera, es casi como si el tiempo se hubiera detenido.

                                                                                

Después de conocer su hermosa iglesia con su santo patrono San Sebastián, nos dirigimos a explorar la Peña, para ello existe un pequeño recorrido que se hace por medio de un “tren” de los que parecen ser carritos de golf. Un recorrido agradable y fácil de hacer, ya que vas sentado cómodamente y sólo deteniéndote cuando el guía explica alguna característica especial del paisaje. Si eres más experimentado puedes tratar de escalarla, ya sea en caminata o en escalda profesional. También puedes hacer descensos en bicicleta de montaña, una experiencia única para los aventureros que buscan romper la rutina de los “viajes tranquilos”.

Entre sus festividades existe una principal que se lleva acabo el 3 de mayo; es la fiesta de la Santa Cruz, una fiesta rica en las herencias españolas y chichimecas. En este evento existen unos personajes llamados “Escaloneros”, que es una herencia familiar pasada de generación en generación; en ella todos los “Escaloneros” se colocan a lo largo de la pared de la Pena sosteniéndose de una mano mientras pasan la Santa Cruz con su otra mano, hasta que la entregan a la “Mayordomía” en la capilla y comienza la fiesta junto con los peregrinos llegados a esa fecha.

Si lo que quieres es pasar un día tranquilo lejos de la ciudad y de su ajetreo cotidiano, no olvides explorar los hermosos rincones de México, como Peña de Bernal, donde las maravillas de la naturaleza se combinan con la grandeza de la historia de un lugar que ha logrado sobrevivir con esa esencia de poblado antiguo lleno de colores y tradiciones tan vivas como desde sus inicios.

¿Qué llevar?

 ¿Qué no llevar?