• Una bahía que tiene la V de Victoria y, si buscas bien, te puedes encontrar a Bruce Lee.

Por: Raúl García

Estamos ya en otro #ViernesDeViajes por la hermosa ciudad de Hong Kong, donde ya visitamos el Monasterio Po Lin por medio del teleférico Hgong Ping 360, para así llegar al Gran Buda de Tian Tan donde nos maravillamos por su tamaño y por la paz que este irradiaba.

En esta segunda parte visitaremos otros dos lugares representativos de Hong Kong, el primero de ellos cuenta con casas flotantes que contrastan con los enormes rascacielos; el segundo en la lista es un paseo en una barco para tener una de las mejores vistas de la ciudad. ¿Los conoces? Nos vamos a recorrer la Bahía Victoria y Aberdeen.

Comenzamos a caminar después de un rico desayuno y una energizante taza de té, para llegar al autobús número 70 desde la central de autobuses; mientras tanto, descubramos su historia colonial hasta nuestros días mientras el transporte nos lleva a nuestro primer destino.

En su época colonial -entre los 1800 a 1930- Hong Kong tuvo una gran dependencia de Plata Británica a consecuencia de la demanda de té por parte del Inglaterra, causando un desbalance comercial entre los dos países, así que se comenzó la importación ilegal de la planta de opio a China por parte del país europeo. Un encargado del gobierno chino llamado Lin Zexu se entrevistó con la reina Victoria del Reino Unido para plantear el desagrado y oposición del gobierno Chino de ese tiempo al opio.

Como resultado, se planteó la división del territorio de Hong Kong y China y en 1842 se cedió totalmente la provincia, comenzando así la época colonial en Hong Kong. Los años pasaron y un gran disgusto se comenzó a sentir entre los habitantes y como consecuencia se dio la primera rebelión de gran suceso en abril de 1899, cuando habitantes se resguardaron de los británicos en una villa amurallada dentro de la ciudad llamada Kat Hing Wai.

La rebelión fue suprimida tras varios enfrentamientos pero, como signo de la victoria Británica, la puerta del complejo fue desmontada y enviada a Londres para exhibirla como trofeo. Tras calmarse las aguas y la disputa territorial, Hong Kong comenzó a transformase desde sus cimientos; su actividad comercial y su infraestructura evolucionaron a pasos agigantados con compañías como: la Hong Kong and China Gas Company, una empresa de energía que proporcionaría los motores y electricidad que la pujante colonia necesitaría.

Como muestra, los pequeños “rickshaws” (pequeñas carretas que necesitaban fuerza hombre para moverse) fueron reemplazados por autobuses modernos eléctricos y de gasolina, pero no sólo la industria sufrió cambios, en la educación el visionario Frederick Stewarten, fundador del sistema educativo de Hong Kong, incursionó con un nuevo y masivo programa de aprendizaje.

Con el comienzo de la primera guerra mundial, en 1914, se creó un éxodo masivo de chinos que huyeron de la colonia Británica por miedo a la guerra, pero eso no impidió que la población creciera a un ritmo significativo a consecuencia de su gran desarrollo, llegando a más de 725 mil habitantes en 1925; sin embargo, ese crecimiento no fue desapercibido por otras naciones, como Japón, que un 25 de diciembre de 1941 ocupa la ciudad justo después de ocho horas del ataque de Perl Harbor en Estados Unidos, en la segunda guerra mundial, para  después se liberarse un 15 de agosto de 1945. A este periodo se le llamó  “los tres años ocho meses”.

Hacia el final del conflicto, en 1945, los gobiernos Chinos y Británicos pelean por la isla, conociéndose como la segunda batalla de Hong Kong, siendo Gran Bretaña el vencedor. Esto causó una gran migración de chinos al territorio; ya en la época de los 50's, la economía de la región revive, en gran parte por los miles de refugiados chinos, causando que numerosas empresas extranjeras se mudaran de Shangai a Hong Kong, promoviendo un boom económico mayor.

Ya para la década de los sesentas, la industria manufacturera de Hong Kong se convierte en su ancla de crecimiento, aún con los conflictos suscitados por la revolución cultural china que causa alzamientos violentos en 1960. Casi 20 años después, en 1982, Margaret Tatcher -una de las primeras ministras británicas más importantes- condujo a la firma del tratado “Sino-British Joint Declaration” el llamado  "un país, dos sistemas”, desencadenando la industria de la construcción. Tras varias voces y rumores, se da a conocer que el gobierno británico cedería el territorio colonial como lo prometió. La transferencia de poderes tendría lugar en el año de 1997, dando como resultado la ciudad pujante que tenemos hoy en día.
 
                                                                             

Llegamos por fin a nuestro primer destino: la Bahía de Aberdeen, misma que se encuentra en una de las islas más densamente pobladas del mundo, me refiero a la Isla de Ap Lei Chau 鴨脷洲 también se le conoce como Aberdeen Island (La isla de Aberdeen). Es conocida entre la población por la protección que da a los pobladores durante la época de tifones.

Esta también fue cedida a los británicos en la época colonial por el gobierno Chino y recuperada después junto con todo el territorio de Hong Kong. Esta bahía es una zona de pescadores, donde aún se observan las casas flotantes chinas; son pequeños botes que se juntan en las aguas de la bahía. Actualmente son alrededor de 60 mil habitantes en esta “ciudad satélite” de Hong Kong.

Al ir recorriendo, nuestro capitán nos lleva a lo que parece un palacio de la antigua China, es un restaurante llamado Jumbo Kingdom, abierto en los años de 1976, es el más representativo de la localidad y con sus más de 30 millones de visitantes desde sus inicios, es una experiencia que no se puede dejar pasar si se tiene la oportunidad.
 
                                                                        

Avanzando la tarde, nos dirigimos a nuestro último destino, pero decidimos soltar el mapa por un momento y sólo comenzamos a caminar para apreciar más sus callejones y pequeños restaurantes, así como el ir y venir de la gente en sus ajetreos diarios; ahí nos encontramos con un jardín lleno de esculturas y grandes árboles, justo el respiro que necesitábamos para seguir con nuestro camino.
 
                                                                     

Llegamos a nuestro siguiente destino: la Bahía Victoria es el paseo obligado por Hong Kong. Tenemos una hermosa vista de los rascacielos y sus luces. El Symphony of lights es un juego de luces por parte de los edificios más modernos y de alta tecnología de la bahía, algunas veces la pirotecnia es parte del mismo; además, nos encontramos con la reconocida estatua del actor de artes marciales Bruce Lee, así como varios restaurantes y tiendas locales. También se encuentra una fila de manos gravadas en el piso como el Hollywood California, un espectáculo por donde se vea.
 
                                                                    

Así llegamos al final de nuestro viaje por Hong Kong y Vietnam por Asía, un mes en el recorrimos historias, revoluciones y batallas para descubrir la historia escondida tras la selva y muros de ciudades que han sido invadidas una y otra vez, pero que han sabido ponerse de pie para ser uno de los centros económicos mundiales, donde lo antiguo aún se respira con la modernidad, donde se pueden encontrar momentos de paz en pequeños lugares o en grandes islas y poder descubrir más allá de nuestro horizonte.

¿Qué llevar?
  • Ropa cómoda y de excursión, dependiendo de la estación del año puede llover.
  • Calzado urbano para explorar.
  • Sombrero para el sol.
  • Botellas de agua.

¿Qué no llevar?
  • El recorrido no es difícil, pero evita llevar ropa muy delicada que pueda estorbarte en el viaje.
  • Evita el calzado delicado, puedes resbalar en los escalones.

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