Por: Raúl Gracía
 

El viaje continúa en las espectaculares Barrancas del Cobre a bordo del Chepe. Hemos pasado por los Mochis, desayunado en el vagón comedor del tren, visitamos el Fuerte y sus maravillas naturales, admirando los asombrosos paisajes, sintiendo el viento en el rostro y contemplando la oscuridad de los pasajes en los túneles del recorrido Bahuichivo y Témoris, intimidándonos con sus enormes precipicios y cumbres más altas que las nubes.  Pero esto sólo fue una probada de todo lo que nos espera en la siguiente parada: Divisadero.

Se encuentra en el Km. 622, y  esta estación está situada enfrente de la Barranca del Cobre. El hotel se encuentra incrustado en la roca, con una vista impresionante, además se encuentrala Piedra Volada, La Escalera, así como la gran cultura de los tarahumaras. ¿Estás listo para descubrirlo?
 
                                                                                                             
 
Al llegar a Divisadero, lo primero que encuentras es la venta de artesanías de palma y madera de los tarahumaras, continúas caminando y enfrente de ti se descubre una vista impresionante, que parece que fue sacada de un cuento de fantasía, y empiezas a darte cuenta que estás arriba de las nubes.  Cierras los ojos y esperas que no desaparezca cual sueño.

                                                                                                                 
 
Al llegar al hotel, te recibe una puerta de madera maciza con grabados a detalle, pasas el puente labrado en la roca y después al siguiente puente que es de madera y que pasa sobre una laguna y cascada.  Llegas a tu cuarto y éste tiene un balcón como ningún otro que hayas visto; no existen palabras para describir el atardecer desde ese punto de Divisadero, pero trataré de hacerlo: es lo más hermoso que hayas visto, como una pintura o escena de alguna película, eres tú frente a la inmensidad de las montañas que se encuentran arriba de las nubes, mientras escuchas el viento soplar entre las escarpadas paredes de la Barrancas, casi como una melodía, y de fondo el sonido de un águila volando y buscando su alimento, es casi como poesía, todo en el perfecto equilibrio de la naturaleza.

                                                                                                                        
 
Después de esa hermosa sensación puedes ir al restaurante del hotel y pedir la comida típica, que es carne de res desmenuzada con frijoles, o puedes seguir apreciando el paisaje en el bar del hotel que tiene grandes ventanales para que no pierdas detalle. Debido a que tu llegada por el tren es aproximadamente a las 3:00 PM puedes ir a un recorrido para ser, por un momento, parte de la vida de los tarahumaras.  Este recorrido es de fácil acceso por caminos ya establecidos, pero la experiencia de ver el estilo de vida tan sencillo de esta comunidad no dejará de asombrarte.  

Ahí puedes comprar sus artesanías típicas, además de admirar el imponente paisaje. Después de eso puedes preguntar al guía o en la recepción por el recorrido para ver el amanecer desde lo más alto de la barranca, lo cual recomiendo totalmente; tiene un costo accesible y vale la pena madrugar a las 5am para empezar.  El guía del hotel es una persona experimentada, debes seguir sus indicaciones en todo momento, sobre todo si no tienes experiencia en la exploración de montañas y escaladas.

                                                                                                              

En el recorrido te encontrarás en medio de la niebla matutina, y ascenderás por lugares rocosos entre árboles de pino.  Al llegar a la cima observarás los primeros rayos del amanecer que se cuelan por entre las ramas de los árboles y empiezan a acariciar los picos de las montañas, y es ahí cuando por fin puedes ver que el  difícil ascenso junto con la madrugada ha valido la pena para ver uno de los amaneceres más espectaculares en México.


                                                                                                                        
 
Siguiendo el recorrido, bajarás por la parte trasera de la montaña, donde encontrarás cuevas abandonadas y otras aún en uso por los tarahumaras, pasarás por un puente de piedra natural donde uno siente que es parte de la montaña.  Siguiente a eso encontrarás algunas pinturas rupestres de los verdaderos primeros pobladores de Chihuahua, mientras observas las enormes paredes de roca y las nubes paseando por la cimas para finalizar en el hotel por una ruta que nunca imaginaste que existía.  En la noche puedes observar el cielo iluminado por millones de estrellas, un cielo nocturno como nunca lo has visto.
 
                                                                                                                         
 
Si tu estadía es sólo de ese día, llegas a tiempo para otro recorrido a la Piedra Volada, que es un recorrido más tranquilo y mucho más fácil de recorrer; en donde cruzarás un puente colgante de acero entre barrancas, y descubrirás árboles de un color que jamás has visto: color sangre.  En el lugar encontrarás venta de artesanías y comida regional, además de otras vistas impresionantes.  Por motivos de seguridad ya no dejan pasar a La Piedra Volada, así que tendrás que conformarte con una fotografía de lejos. Para regresar al hotel puedes usar la misma ruta o pedirle al guía si te pueden regresar por una alterna donde puedas apreciar la flora y fauna local.

                                                                                                           

                                                                                                                         
 
La siguiente parada en el recorrido es Creel.  Este es el poblado principal de la Sierra Tarahumara, y aquí existen varios museos sobre esa cultura.  Puedes tomar recorridos al Lago de Arareco, el Valle de las Ranas, el Valle de los Hongos, la Misión de San Ignacio, a las aguas termales de Recowata, la Cascada de Cusarare, el Cañón de Batopilas y la Cascada de Basaseachi, de más de 240 mts. de altura, ¡totalmente espectacular!, o bien puedes descansar de las expediciones que emprendiste en la parada anterior, Divisadero. Puedes pasar varios días en este atractivo turístico para poder conocer y disfrutar de todo lo que Creel tiene para ofrecerte.

                                                                                                                        
 
Continúas con la siguiente parada del Chepe: un lugar turístico llamado Cuauhtémoc.  Aquí se encuentra una comunidad menonita, la más grande del mundo; éstos son descendientes directos de alemanes, principalmente son granjeros con tradiciones religiosas muy arraigadas, pero que con una sonrisa te muestran un poco de su mundo; además, notarás en el camino el por qué es la principal región de México que produce manzana, así como sus famosos quesos, cremas y embutidos. Los menonitas son gente trabajadora, al estar junto a ellos- aunque sea por un momento- puedes observar lo simple que puede ser la vida sin la tecnología, causante de que a veces nos olvidemos de las cosas más sencillas de la vida.  En el camino notarás que los espectaculares están en dos idiomas diferentes: el español y el alemán; esto realmente hace que te transportes fuera de México.

Para terminar este increíble recorrido, el cual empezó de madrugada en los Mochis para tomar el tren y con un movimiento lento que terminó en un trote veloz por parte del mismo, donde después observamos las increíbles barrancas, en la parte de Bahuichivo y Témoris, pasamos por más de 80 túneles y nos maravillamos con sus paisajes que nos hicieron recordar cuentos de fantasía, desayunamos y comimos en el tren donde conocimos a los que fueron nuestros compañeros de viaje que lo hicieron aún más especial, presenciamos el amanecer en la cima de la montaña sobre las nubes, convivimos aunque sea por un instante en las tradiciones milenarias de los Tarahumaras, durmiendo bajo el cielo bañado por estrellas, quedando maravillados por la cascada Basaseachi; buscamos las formas que le dan el nombre al Valle de las Ranas, nos vimos rodeados de un modo de vida que en general está oculto para todos: el de los menonitas, con sus costumbres y su forma de vivir; todo esto culmina en Chihuahua, que es el estado más grande de la República Mexicana, donde también puedes visitar el Museo de Pancho Villa, la Catedral y el Palacio de Gobierno, así como la celda donde pasó sus últimos momentos el iniciador de la independencia de México: Miguel Hidalgo y Costilla.

Sin duda, un viaje que no te puedes perder al recorrer nuestro hermoso país, que recordarás por siempre y que con gusto repetirás.
 
                                                                                                             

¿Qué llevar?
  • Ropa cómoda.
  • Pijama gruesa.
  • Pantalón grueso de mezclilla.
  • Repelente de insectos.
  • Botas para escalar o bien, con suela gruesa.
  • Si es invierno: chamarra impermeable contra nieve.

¿Qué NO llevar?
  • Ropa formal como trajes, vestidos, tacones etc.

Importante:
  • Evita ir solo de excursión a las barrancas si no tienes la experiencia requerida.
  • Sigue las indicaciones de tu guía, y extrema precauciones al estar en la cima de la barranca, ¡no te confíes!
  • Respeta a la montaña y ella te respetará.
  • ¿Dónde quedarte?

Divisadero
Hotel: Divisadero Barrancas
Teléfono : 01(614) 415-1199
www.hoteldivisadero.com
 
Cerocahui
Hotel Misión
Teléfono: 01 (668) 812-1613 // 01 800 552-5645
www.hotelmision.com
 
Creel
Hotel: Villa Mexicana Creel Mountain Lodge
Teléfono : 01 800 710-6422
www.vmcoppercanyon.com
 
El Fuerte
Hotel: Posada del Hidalgo
Teléfono : 01 (668) 818-7046
www.hotelposadadelhidalgo.com
 
Los Mochis
Hotel: Plaza Inn
Teléfono : 01 (668) 818-1043
www.plazainnhotel.com.mx
 
Para mayor información: http://www.chepe.com.mx
 

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