•         Conoce el origen de un par de bebidas muy mexicanas en el Museo del Tequila y el Mezcal.

Por: Raúl García
 
¿Qué cosa podrá ser más mexicana que el tequila? ¿y qué cosa podrá ser más antigua en nuestra tierra que el mezcal?

Al parecer ninguna otra, quizá solo el mismísimo mariachi, pero lo cierto es que si están separados estos tres ingredientes, el platillo no es el mismo.  Tan unidos están como la noche y el amanecer, no se concibe uno sin el otro y estos tres elementos: el tequila, el mezcal y el mariachi, pueden ser encontrados en un sólo lugar y no necesariamente en una cantina.

El lugar es el MUTEM (Museo del Tequila y el Mezcal) y está ubicado en una de las plazas donde la unión de éstos existe como la mejor combinación: en la Plaza de Garibaldi, en el Centro Histórico, justo antes de llegar a la Plaza de las Tres Culturas de Tlatelolco, sobre Eje Central.

                                                                         
 
El museo es relativamente pequeño y decorado con hojas de maguey en toda su fachada; rodeado de mariachis en espera de algún enamorado con el corazón roto para aplacar su dolor con una canción o tal vez otro enamorado romántico en busca de la canción perfecta para despertar a su pareja con una bella serenata.

Al entrar al museo encontrarás todo un muro dedicado a la historia del mariachi en México y en el otro extremo encontrarás la descripción completa del mezcal y el tequila; información como ¿cuáles son los tipos de agaves?, ¿cómo fue descubierto? y algunos datos sobre ellos.

¿Sabías que el mezcal recibe su nombre del náhualt “mexicalli”, que significa “maguey cocido”? datos curiosos como éste y muchos otros los encontrarás al inicio del recorrido, continuando con una representación del proceso de producción del agave y de todas las herramientas para cortar la piña (esta es la parte de la planta sin las pencas del agave) así como su proceso de destilado hasta llegar a tu mesa o a alguno de los muchos  bares de nuestra ciudad y del extranjero.

                                                                                          
 
En la parte opuesta, existe un aparador que seguramente será el sueño de muchos amantes de estas dos bebidas; este muro está lleno de casi todas las botellas de las marcas de tequila y mezcal, tan largo es el aparador que es toda una pared completa del museo, para terminar en una representación de una cantina.

                                                                                                   
 
Tu recorrido no termina aun, ya que continúa en la parte superior del museo en el restaurante “La Cata”, donde por un precio extra a tu boleto de entrada podrás tener una pequeña cata de diferentes tequilas, desde los que se toman de un golpe y sin pensarlo -como la vida en algunas veces- hasta los que se toman despacio, como si el tiempo se detuviera, casi como el primer beso de dos enamorados en el instante donde todo desaparece y sólo existen sus miradas.  Todo esto mientras descubres los detalles de la Plaza de Garibaldi desde la terraza del museo y, además del tequila, podrás tener una degustación de algún mezcal, para que después seas tú quien cuente las historias de cómo y dónde se producen las bebidas más representativas de nuestro país y para que cuando veas la próxima vez un caballito sepas qué hay detrás de cada sorbo de tequila o mezcal en esos buenos y no tan buenos momentos.

                                                                             

 Y ahora sí....¡Salud!

Horarios del Museo, Tienda y Restaurante:
De lunes a domingo, el martes permanece cerrado

Museo
Domingo, lunes y miércoles de 11am a 7pm
Jueves, viernes y sábado de 11am a 10pm

Restaurante
Lunes y domingo de 11am a 10pm
Jueves, viernes, sábado, de 11am a 2:30am

Admisión general: $50, con descuento: $30
Mayores de 18 años (Incluye degustación de tequila y mezcal)
13 a 17 años, INAPAM, Profesor con credencial vigente precio especial
Menores de 12 años entran gratis
Costo adicional de cata de tequila y mezcal desde $120 a $300 MN.
 
¿Qué llevar?
  • El museo es pequeño y fácil de recorrer, no necesitas ropa o calzado especial.
  • Cámara fotográfica, puedes tomar fotografías pero sin flash.


 ¿Qué NO llevar?
  • Alimentos, animales y bultos o mochilas grandes.

CUIDA TU SALUD. EVITA EL EXCESO
 

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