A todos nos han ofrecido alguna vez suplementos alimenticios que harán "milagros" en nuestro organismo, pero ¿qué debes saber antes de consumirlos?

Por: 
Paulina De la Mora

Esta vez ¡hablemos de suplementos alimenticios!
 
Hoy en día está muy de moda el tomar suplementos alimenticios para sentirnos “bien”, y los recomendamos como si fueran cualquier té, dulces o como si fuéramos médicos, cuando realmente no sabemos las necesidades nutrimentales de cada persona o, incluso,  por ganar dinero llegamos a enganchar a personas para poder vender estos "milagrosos remedios".

Antes de decidir si necesitas tomar suplementos, tienes que estar muy seguro de qué es lo que necesita tu cuerpo, y tener bien claro que no sustituyen ninguna dieta saludable diaria.  La mayoría de los oligonutrientes necesarios para mantenerse sano se obtienen al comer una variedad de alimentos en la dieta diaria, como frutas, verduras y leguminosa (carnes y pescado, si las consumes).

Debemos recordar que los suplementos no son medicamentos, por lo que no están aprobados por la FDA; es muy común ver en el mercado cientos de éstos que se hacen publicidad para casi cualquier síntoma y la verdad es que no están diseñados para tratar o curar afecciones médicas; sin embargo, la información proporcionada en la mayoría carece de elementos suficientes para ser evaluada de manera rigurosa. Algunos de estos productos puede incluso contener sustancias como arsénico, mercurio y plomo, y estp no mencionan en su publicidad ¿verdad?

En general, las vitaminas y minerales se consideran seguras siempre y cuando NO SE USEN EN  CANTIDADES EXCESIVAS y bajo RECOMENDACIÓN DE UN MÉDICO DESPUÉS DE VER QUÉ ES LO QUE TIENES DE CARENCIA.

Cuando tomas el multivitamínico comercial incluye casi todas las vitaminas, y al tomarlo nunca te preguntas si llegas a necesitar algo; entonces puedes llegar a duplicarlo,  además de que vuelves perezoso a tu organismo porque está “recibiendo” por fuera esta vitamina; entonces el cuerpo dice “si ya lo recibo, no lo produzco o no con tanta frecuencia”, por lo que acostumbrarás a tu cuerpo de ese plus.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                              Foto via: tuxpanplaza.mx
 
El uso indiscriminado de éstos, lejos de mejorar nuestra salud se vuelve un producto dañino; hay que hacerlo conscientemente y si es posible bajo un régimen medico, sobre todo si se padece de una enfermedad crónica.

De igual manera, se tiene que saber con qué alimentos o medicamentos se pueden combinar; por ejemplo, combinar la cafeína con efedrina (que viene en muchos suplementos) ocasiona arritmias cardiacas, lesiones en sistema nervioso central y hasta infartos al miocardio.  La vitamina E con el suplemento ginko biloba puede aumentar la posibilidad de hemorragias internas; el consumo excesivo de vitamina A puede provocar daños en el hígado y resistencia ósea. Y así podrás toparte con otros ejemplos.
Cabe mencionar que el costo de estos productos, muchas veces es muy elevado en comparación de una dieta saludable, y podemos consumir muchos alimentos para conseguir estas vitaminas, como por ejemplo:

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                   Foto via: nuevotiempo.org
 
  • Vitamina E: Zapote, mamey, aceitunas, kiwi, arándanos rojos.
  • Vitamina C: grosella, pimientos, perejil, jengibre, cebolla, guayaba, limón y naranja.
  • Vitamina D: Yogurt, cereales, leche de soya.
  • Calcio: almendras, berros, espinacas, nueces, brócoli, garbanzos.
  • Vitamina B2: almendras, salvado de trigo, tomates secos, pimentón, semillas de sésamo.
  • Vitamina K: espárragos, aceite de oliva, coliflor, repollo.
  • Melatonina: todas las frutas en especial, plátanos, manzanas y cerezas, aparte de las nueces, semillas de calabaza, avena, arroz, cebolla, tomates y jengibre.
 
Quiero aclarar que no estoy diciendo que los suplementos sean del todo malos, pero sí  es importante que su consumo esté regulado, y si los van a consumir ¡háganlo bien!  Como lo mencioné cuando hablamos de vegetarianismo, vayan con una persona experta, en este caso con un nutriólogo, que les diseñe un plan alimentario de acuerdo a sus necesidades, y que les enseñe a hacer un plato saludable, pero sobre todo que les explique los efectos secundarios de consumir un suplemento alimenticio.

No nos dejemos llevar por modas o por negocio, y tampoco demos recomendaciones sin conocer la salud de la otra persona, ya que las consecuencias en lo que es esta cuestión pueden llegar a ser  muy peligrosas.

Tip: ¿Cómo hacer tu propia “vitamin water”?  En un litro de agua fría agrega fruta picada de tu elección, aparte que le darás un sabor afrutado a tu agua, es nutritivo y barato.

Namasté. 

 

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