• Cuando quise entrar al mundo de los emprendedores, nadie me dijo lo que incluía el paquete.

Por: Verónica Veana
 

Cuando tomamos la decisión de independizarnos laboralmente para construir nuestra propia empresa o negocio, muchas personas nos señalan y nos etiquetan como informales, flojos, poco comprometidos, inmaduros, idealistas ¡en fin!, son muchos los mitos que nos rodean a los emprendedores.

Muchos creen que somos personas con una vida relajada y sin presiones, pero es momento de conocer la verdad.

Estas son las 10 cosas que solo los emprendedores podemos entender (y que nos encantaría que entendieras):
 
  1. Sí somos disciplinados
Muchos emprendedores trabajamos desde casa o en un café esperando nuestra próxima cita y nuestros horarios son flexibles. Necesitamos tiempos para inspirarnos y motivar nuestra creatividad para continuar con los proyectos. Algunos somos nocturnos y preferimos trabajar de madrugada, cuando todo está en silencio y podemos concentrarnos mejor.  

Aunque tenemos perfectamente programados nuestros horarios, la gente que nos rodea cree que nunca trabajamos y que solo perdemos el tiempo.
 
  1. No hacemos lo que queremos
Es muy común que escuchemos “Al fin que tú eres el/la jefe(a) y puedes dejar de trabajar cualquier día”, restándole credibilidad y compromiso a nuestro  trabajo. ¡Gran mentira! Al igual que las personas contratadas por empresas, también tenemos largas listas de pendientes por cumplir en nuestros días laborales.
 
  1. No estamos en una zona de confort
Muchas personas creen que el querer establecer tu propio negocio es sinónimo de miedo a tener “un trabajo real” en una empresa; sin embargo, la vida de los emprendedores es una aventura constante. Saber que se perderá en un inicio la seguridad de un trabajo estable y un cheque que llega cada quincena, es motivo suficiente para salir de la zona de confort y empezar a buscar los ingresos del día a día hasta lograr la misma estabilidad que una empresa podría ofrecernos. Sabemos que alcanzar esa estabilidad puede tardar bastante tiempo ¿crees que nos conviene estancarnos en una zona de confort?

Tenemos sueños , como tú. Tenemos deudas que vamos a pagar, como tú también las tienes. Tenemos miedo de no alcanzar nuestras metas, como seguramente a ti también te pasa. Si no tenemos dinero para salir a algún lado, no es porque estamos desempleados, es como cuando tú te acabas antes tu quincena y ya no te alncanzó para el resto de tus planes.
 
  1. Trabajamos más ¡mucho más!
Cuando tienes un puesto en una empresa, te enfocas a las actividades de tu puesto y tu departamento para que todo salga bien. Cuando entramos al mundo emprendedor, trabajamos más que cuando estábamos en una empresa. Si está empezando nuestro negocio y queremos que éste avance, debemos asumir el rol de diferentes áreas y departamentos para poder sobrevivir.

Mientras el negocio crece y contratamos gente, nosotros mismos somos los abogados, vendedores, asistentes, repartidores, diseñadores, administradores ¡y cualquier otro puesto que se requiera!
 
  1. Nuestra mente nunca descansa
La mente de un(a) emprendedor(a) siempre está en acción, no solo de Lunes a Viernes y de 9am a 6pm ¡trabaja día y noche! En todo momento vemos oportunidad de generar negocio y siempre estamos pensando en nuevos proyectos por iniciar; aunque no hayamos concluido aun los que tenemos en marcha, ya sabemos cuál será el siguiente.

                                                                     
 
  1. También podemos ganar muy bien
Sabemos que posicionar un negocio no es tarea fácil y estamos dispuestos a correr los riesgos necesarios, incluso aguantar rachas en donde solo hay inversión y no se ven las ganancias, temporadas en donde el trabajo es muy bueno y en otras hay que aguantar la presión y planear nuevas estrategias para seguir avanzando.

Cuando nuestros proyectos salen a la luz, empezamos a vivir la satisfacción de cobrar en tan solo unas horas, días o semanas, lo mismo o más de lo que nos pagaban al mes en una empresa.
 
  1. Nuestro trabajo es tan divertido, que parece hobbie
Debido a que nos apasiona lo que hacemos, siempre buscamos darle nuestro toque para divertirnos y pasarla bien; por esta misma razón, muchas veces la gente cree que solo jugamos o perdemos el tiempo. La realidad es que mientras otros se preocupan por nuestro futuro porque piensan que “no lograremos nada en nuestras vidas”, nosotros tenemos muy claro quiénes somos, qué queremos y a dónde pretendemos llegar.

A veces pisamos lentos y seguros, otras rápidos e impulsivos, pero siempre aprendiendo y disfrutando de nuestro andar. Créeme, nos preocupa y buscamos -al igual que tú- tener una estabilidad económica, por eso trabajamos tanto (aunque no lo creas) ¡y estamos segur@s que cosecharemos todo lo que hemos sembrado! Quizá tú dudas de nuestro esfuerzo y te convencerías más si vieras resultados rápidos en nuestros negocios; nuestra ventaja es que, aunque a veces también nos desesperamos mucho, podemos volver a ser pacientes. ¡Tenemos fe en nuestras ideas!

                                                                        
 
  1. Seguimos creyendo, aunque nadie más lo haga
Debemos trabajar en nuestros negocios y en sobrellevar la presión de familias y amigos. Muchos somos criticados porque la gente que nos rodea nos pregunta “¿Por qué llevas tanto tiempo y tu negocio sigue igual?”, incluso a veces no necesitan decírnoslo; podemos ver en sus caras sentimientos de decepción y angustia. Minimizan nuestros logros y esfuerzos, pero seguimos con la frente en alto porque sabemos que los grandes negocios no se construyen en un día.

Confiamos en nuestros talentos, aunque muchas veces ya nadie crea en ellos. Nos mantenemos  perseverantes en nuestros sueños y son más fuertes las ganas de seguir intentándolo hasta lograrlo, que todas las críticas que recibimos en el camino.
 
  1. Nuestro talento y perseverancia es la mejor arma
Muchas personas nos advierten que perderemos la seguridad que una empresa puede ofrecernos; sin embargo, también sabemos que estar contratados tampoco es garantía de nada.  Confiamos y sabemos que quizá al inicio la única seguridad que tenemos es la que nos brinda nuestro talento, y en verdad es tanta nuestra creatividad, que en lugar de enfocarnos en los problemas, buscamos soluciones.

Si un proyecto fracasa, ya no pasamos días o meses frente a una computadora buscando vacantes; aprovechamos nuestros contactos y oportunidades para iniciar el siguiente proyecto y levantarnos.
 
  1. Sabemos que los aplausos tardarán en llegar, pero llegarán
Hemos visto muchos de nuestros proyectos fracasar y hacemos de la valentía, paciencia y perseverancia nuestras mejores amigas para seguir de pie. Sabemos que quizá el plan A no será suficiente y necesitaremos llegar al Z, pero estamos dispuestos a hacer el recorrido.  Durante el camino hemos hecho de las críticas y  errores nuestras armas para aprender y seguir avanzando. Confiamos en que nuestra perseverancia dará resultados -quizá en uno, cinco o diez años- pero disfrutamos del camino. No nos cansaremos de pensar en nuevas ideas, porque sabemos que en el momento exacto llegará aquella que nos catapulte a una de nuestras muchas metas. Sabemos que cuando todo esto suceda, entonces llegarán los aplausos y reconocimientos de la familia… y con ellos, también algunos amigos y conocidos que ahora sí nos felicitarán por nuestro valor y entrega o incluso nos pedirán trabajo asegurándonos que “siempre creyeron en nosotros porque sabían que lo lograríamos”.
 
Lo escribe una emprendedora de corazón que le apasiona su trabajo y ama tener mil ideas al día de nuevos proyectos por crear. Soy una emprendedora que le agradece a Dios el que me haya regalado una personalidad inquieta y curiosa para romper el molde de lo que alguien más pudiera esperar de mí y simplemente poder enfocarme en seguir los deseos de mi corazón, con muchas ganas de divertirme en mi trabajo y disfrutar mi vida. 

Estas palabras las dedico a todos los emprendedores con los que he tenido la forturna de cruzar caminos; a todos ellos con los que he planeado y llevado a cabo proyectos increíbles; para ellos que han confiado muchas veces en mí, en mis sueños y han hecho equipo conmigo para crecer juntos. Hemos reído, nos hemos desesperado e incluso llorado cuando los obstáculos se nos atraviesan y parecen no querer quitarse, pero siempre contando con ese espíritu motivador que nos permite ser nuestros mejores animadores. Y así... nos extendemos la mano y seguimos avanzando.

Si al día de hoy me preguntaran: "¿Has logrado con tu negocio todo lo que habías pensado y te habías propuesto?", mi respuesta sería: "No", y esto no significa que he fracasado; significa que quiero seguir creciendo, que he tenido grandes satisfacciones y todavía quiero más.

Termino este artículo en la comodidad de mi cama, siendo las 4:30am y con mi cuarta taza de café en el día, a punto de dormir para estar lista a las 9:00am con otra taza de café en la mano y en una de mis muchas citas que tendré toda la semana.

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